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domingo, 24 de octubre de 2010

"Izarren argia", la historia acallada de las mujeres que sufrieron la Guerra Civil

ESTRENO DE "IZARREN ARGIA"

EL FILME PROTAGONIZADO POR BÁRBARA GOENAGA Y DIRIGIDO POR MIKEL RUEDA ES UN CANTO A LA ESPERANZA
IBAN GORRITI
 - Viernes, 22 de Octubre de 2010 

BILBAO. El canto a la esperanza que es la película Izarren argia llega  a las pantallas de cine. Trece salas vascas y más de treinta del Estado encenderán hoy sus proyectores para que el público pueda asimilar una historia de mujeres en una guerra que nos han dictado en los colegios como de hombres.
La cinta arranca con una detención. Una madre joven, Victoria, ingresará en una cárcel -aunque no se cita, evoca a Saturraran- junto con su hijo Raúl. El régimen golpista franquista les encierra porque el marido de esta maestra es republicano. El mayor drama se ejecuta cuando las monjas entregan al pequeño chaval a una mujer adinerada falangista del pueblo pesquero donde se localiza la ficción.
Tras el estreno internacional en el Zinemaldia de Donostia, ayer dos de las actrices principales -Bárbara Goenaga e Itziar Lazkano-, el director del filme, Mikel Rueda, y el productor de la empresa durangarra Baleuko, Eduardo Barinaga, comparecieron tras un pase previo para los medios de comunicación. Al anochecer, se celebró la premiére en el cine Capitol.
El realizador bilbaino reivindicó "el papel de las madres en la guerra civil. Fue muy importante. Por lo que sufrieron acabaron haciéndose un muro para defenderse de la represión franquista". A juicio de Rueda, "volver a abrir la coraza para contar lo que vivieron debe doler muchísimo". Itziar Lazkano mostró su cara real, opuesta a la de la monja que interpreta, que junto con la de Clara Badiola son las más crueles de este trabajado guión. "Yo creo que al sufrir esos extremos de dolor, el cerebro activa ese mecanismo de defensa", agregó Lazkano, seguida de Goenaga: "¡Qué fuerza tiene que tener el ser humano para aguantar así!".
El productor del filme y coautor del libro de esta apuesta a favor de la memoria histórica, Eduardo Barinaga, calificó el largometraje de 96 minutos de "cine comprometido". Este periodista fue más allá: "Estamos tremendamente orgullosos del resultado, emocionados. Cuando la veo de nuevo vuelvo a emocionarme".
La película informa con pinceladas sobre las prácticas del Comandante psiquiatra de Franco, el doctor Vallejo Nájera, quien abogaba por abolir el comunismo separando a las madres de sus hijos y lo aplicó en Saturraran. Es a partir de ese momento en la película -al avanzar la trama gana en tragedia- cuando las actuaciones son más intensas y pierden inocencia.
Lazkano se muestra taxativa y califica a aquellos represores de "cutres". "Sí, sí, cutres", señala a las monjas mercedarias de la época y a Vallejo Nájera, papel interpretado por Patxi Santamaría.
Aunque la película coloca a Victoria (Bárbara Goenaga) como la protagonista de la cinta, el espectador podrá salir del cine con un mensaje final de que la vida ficticia de esa madre es la propia memoria histórica. Es decir, la lucha, sin perder nunca la última esperanza, de que lo que ocurrió en el pasado -a pesar de estar encerrado en muchos corazones de los que lo padecieron-, se convierta en verdad para toda la sociedad. Algo así como que aunque fue pasado, hay que tenerla presente. "Es increíble lo que cuentan las personas en la Guerra Civil. Además, hablan como si nada, como si le hubiese pasado a otra persona. Mi mismo aitona me dijo: Yo estuve tres días sin comer, y se reía contándolo...", analizó Goenaga.
La película arranca con muchos planos cortos y con una estética fría de "colores azules, contrario a lo habitual en las películas del género", expuso el director. Izarren argia se atreve, incluso, con un pasaje de fantasía que llega hoy a los cines.

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