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viernes, 14 de mayo de 2010

EL HOMBRE QUE ABRÍA TUMBAS



Entrevista al médico forense Francisco Etxeberria.
Desde el 2.000 ha exhumado 4.800 cuerpos de 200 fosas abiertas en toda España.

PERIODISMOHUMANO/IPS/Miren Gutiérrez
/13-05-2010

El trabajo de Francisco Etxeberria levanta ampollas y provoca odios. Y cuando el famoso juez Baltasar Garzón fijó su atención en él, arreció la polémica. Este forense lleva 200 fosas comunes abiertas y 4.800 esqueletos exhumados en toda España desde 2000.

“Mientras los familiares lo quieran, nosotros buscaremos”, dijo Etxeberria en una conferencia en el marco del VIII Festival de Cine de Derechos Humanos de San Sebastián, donde se exhibió la película Los caminos de la memoria, que explora la amnesia existente para con la historia de los perdedores de la Guerra Civil Española (1936-1939).

“Los tres derechos de las víctimas son verdad, justicia y reparación, y esto no se ha cumplido” para unos 200.000 desaparecidos y asesinados de la guerra y la posterior dictadura de Francisco Franco, que terminó en 1975. “No creo que encontremos a todos, es imposible”, dice Etxeberria.

Con la aprobación de la ley de la memoria histórica de 2000, y la denuncia de un hijo que había perdido a su padre, Etxeberria comenzó a excavar en Priaranza del Bierzo, en la norteña provincia de León. Se desenterraron 13 civiles fusilados en los comienzos de la guerra. Era la primera excavación científica realizada en España, más de 70 años después de que empezara la contienda.


Casi sin apoyos políticos ni financieros, el equipo liderado por este profesor de medicina forense de la Universidad del País Vasco ha incluido a decenas expertos voluntarios de todas partes del mundo.

Según Etxeberria, con la ley se trataba de “pasar de la verdad a la reparación, pero nadie quiere meterse en la justicia”. Excepto el juez Garzón, quien se apoyó en esta investigación para su causa sobre la memoria histórica de Guerra Civil Española y el franquismo, la misma que le valió un pase al banquillo de los acusados.

Etxeberria habló con IPS de los retos de este proyecto.

P: ¿Cómo funciona?

FRANCISCO ETXEBERRIA: Siempre lo hacemos a solicitud de los familiares y excepcionalmente a petición de algunos ayuntamientos. En todos los casos notificamos a la autoridad judicial el deseo de los familiares de investigar. Y en general estas autoridades desestiman las reclamaciones bajo el argumento de que los hechos han prescrito.

De todos modos, en la investigación aplicamos los principios universales de la criminalística y generamos informes en formato de documento pericial que puedan tener una trascendencia administrativa.

P: ¿Con qué tipo de obstáculos se han topado?

FE: Lo más penoso ha sido la desatención de algunos ayuntamientos a las familias. Al principio, por dudas y miedos que poco a poco van desapareciendo. En algunos casos, por ideología contraria a reivindicar la memoria de los republicanos sociológicamente colocados en la izquierda.

P: 200 fosas comunes abiertas… ¿no es un resultado increíble para hacerlo casi sin apoyos políticos ni económicos?

FE: Hasta el presente ha existido nulo interés judicial y escaso interés institucional. Lo realizado es fruto de la implicación personal de técnicos y especialistas que han actuado con compromiso ético. Tan solo desde hace tres años hay ayudas gubernamentales para sufragar los gastos de exhumación y laboratorio.

P: ¿Qué tipo de personas integra el equipo?

FE: Los historiadores que ya han investigado sobre la represión y el sufrimiento de la dictadura franquista. Tras ellos, los antropólogos sociales vienen recogiendo testimonios orales que completan el conocimiento de lo ocurrido.

Nosotros, arqueólogos, antropólogos forenses, médicos forenses y psicólogos intervenimos en la exhumación, y la investigación se completa con análisis de laboratorio que concluyen en la identificación y determinación de las causas de muerte.

P: ¿Qué piensa de que Garzón se haya sentado en el banquillo por querer corregir el vacío jurídico de la ley de la memoria histórica?

FE: Parece significar un retroceso. En España no hay riesgo de involución a la dictadura, pero estos hechos son un acontecimiento histórico penoso que nos recuerdan épocas preconstitucionales.

En realidad los familiares de las víctimas habían pedido amparo y tutela judicial que diera garantías al proceso de investigación puesto en marcha.

P: Usted ha dicho que no sabía que en la zona en donde no hubo contienda “se había matado a tanta gente”. ¿Podría dar algún detalle?

FE: En una fosa encontramos a 11 mujeres entre los 17 enterrados allí. Eran enfermeras de un hospital psiquiátrico a las que asesinaron los franquistas.

Hay fosas en todas partes y sorprende la concentración en lugares rurales donde había campesinos y jornaleros que nunca supieron que había una guerra, ya que les mataron en los primeros días de la sublevación militar franquista.

Los historiadores han elaborado listados que llegan hasta los 130.000 asesinatos fuera de los frentes de batalla. Son crímenes de detención-desaparición que no prescriben.

P: En 1998, el obispado de Barcelona les pidió que exhumaran el cuerpo de un obispo que querían beatificar. ¿Se producen otras peticiones como ésta?

FE: Antes de que se abriera la primera fosa de republicanos en 2000, el obispado de Barcelona nos pidió la investigación de los restos del obispo Manuel Irurita, asesinado y enterrado en una fosa común de Montcada y posteriormente trasladado a la catedral.

Y de igual modo nos han pedido otras investigaciones de personas de derechas que fueron asesinadas por los republicanos.

Pero son escasos los ejemplos que quedan por investigar, ya que el mismo franquismo se ocupó de ello al finalizar la guerra. Además, no se pueden comparar ni cualitativa y cuantitativamente las víctimas de ambos lados.

P: ¿Es verdad que podrían trabajar pronto en exhumar restos de republicanos enterrados en el Valle de los Caídos, el memorial construido por el franquismo?

FE: Al finalizar la guerra, los franquistas descubrieron que tenían menos víctimas que las que había ofrecido la propaganda de guerra. Y por ello trasladaron al Valle de los Caídos a víctimas del lado republicano.

Las familias no lo supieron entonces y por eso han pedido la recuperación de esos restos inhumados en un lugar de clara simbología franquista. Caben dos posibilidades, recuperar esos restos o transformar ese lugar en un espacio que represente de forma real las ideas de todos y la verdadera historia de los hechos.

Asociación para la recuperación de la memoria histórica


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