Pretende que los familiares de los represaliados conozcan dónde están ubicados los restos de los 750 fallecidos
23.07.10
«Para dar cumplimiento a la orden del Ilustrísimo Señor Gobernador Militar de la Plaza se servirá dar las órdenes necesarias para que el día de mañana, a las seis treinta, se halle dispuesta la fosa necesaria para el enterramiento de los reos que al dorso se citan que serán ejecutados a dicha hora. Dios guarde a V. muchos años. Albacete, 28 de noviembre de 1939. Año de la victoria».
Este breve escrito de apenas doce líneas da una idea de lo desgarradora y cruel que fue la represión franquista en los primeros meses tras el final de la Guerra Civil y que supuso la ejecución de en torno a 750 personas en las tapias del Cementerio Municipal Virgen de los Llanos. En el dorso que cita el escrito aparecen los nombres de los siete presos que fueron ejecutados en la mañana del 29 de noviembre de 1939: Juan Sánchez Pina, José Jiménez Gandía, Marcos Sánchez Pina, Francisco Martínez Millán, Felipe Sáez Tornero, Juan Milla Tornero (todos ellos de Montealegre del Castillo) y José Griñán Gómez, vecino de Albacete. Había pastores, braceros, jornaleros, chóferes y hasta empleados de hacienda, y todos ellos fueron fusilados por el régimen en las tapias del Cementerio.
Es una muestra, pero no la única, del estudio que han realizado una historiadora (Yolanda López) y una humanista (Mercedes Galiana) para el Ayuntamiento de Albacete sobre los fusilamientos que tuvieron lugar en las tapias del cementerio municipal entre 1939 y 1948 por el régimen franquista y en el que aparecen los nombres y apellidos de los 750 fusilados en la capital entre esos ejercicios, «porque en Albacete no se fusiló a nadie en las cunetas», recordó la concejal de Cementerios, Aurora Zárate, que ayer presentó junto a la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Rosario Gualda.
Y e s que con este listado se da cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica y al pacto de gobernabilidad entre PSOE e Izquierda Unida, que incluso aprobaron una moción conjunta en el pleno municipal en el verano del 2008.
La realización del estudio ha sido compleja porque ha habido que cotejar las cuatro líneas de archivo de los datos del cementerio municipal «porque en algunos casos no coincidían los nombres y los apellidos» y se ha realizado a través del plan de choque.
En este listado no aparece sólo el nombre y apellidos de todos los fusilados en la capital, sino también dónde fueron enterrados en un primer momento y todos los traslados que hayan tenido hasta la ubicación que ocupen en la actualidad.
Todos ellos fueron enterrados en fosas comunes en el Cementerio, pero con el paso de los años, unos fueron trasladados por sus familiares a otros nichos, algunos se llevaron con los restos de otros enterrados en la misma fosa y algunos más fueron desenterrados de la fosa común para ser llevados al osario general del Ayuntamiento donde se mezclaron con los restos que se trasladaron del antiguo cementerio.
Difícil exhumar restos
Esta situación hace difícil que el Ayuntamiento se plantee exhumar los restos de los represaliados pese a que ya existe media decena de peticiones. En algunos casos hay varios cuerpos en el mismo nicho y las familias no se ponen de acuerdo «por lo que hasta que no haya una resolución judicial no podemos actuar», reconoció Zárate.
Ahora el Ayuntamiento pretende editar un libro, no sólo con el listado de los represaliados, sino también con las órdenes que constan en los archivos para la apertura de fosas para el enterramiento de los fusilados, «para que los familiares puedan tener acceso a toda esta información».
La portavoz de IU también se felicitó de la elaboración de este proyecto «con un fuerte contenido ideológico», pero se lamentó que el Ayuntamiento no haya aprobado la construcción de un memorial y la entrega de placas de reconocimiento a los familiares.
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