Mientras el pasado 23 de junio la mesa del Congreso de los diputados negó autorización para la proyección del famoso vídeo que algunos artistas han grabado sobre la Memoria Histórica --ya lo colgué en Kabila—; ayer, como contrapartida, se celebraba en el Congreso de los diputados un acto de homenaje a las víctimas del terrorismo.
Sin duda, reconocido homenaje el de las víctimas de terrorismo, por todo lo alto, presidido por el rey y por el presidente del congreso. Lo que es difícil de comprender es que haya víctimas, que con razón, se homenajean en el edificio que representa (o debería representar) la soberanía popular y sin embargo, a las víctimas franquistas, algunas de las cuales viven y muchas otras todavía yacen por los caminos, sin enterrar, no se les permita dignificar su memoria.
Lamentable ley del embudo que dice mucho de los partidos que prohibieron desde la Mesa del Congreso (PSOE y PP) el homenaje a las víctimas del franquismo. No es que me extrañe que el PP y el PSOE (con José Bono a la cabeza) haya sido capaz de negar la autorización con excusas estúpidas, pero sí es necesario, por el bien de esta democracia de doble vara, que queden claras las posiciones, denunciarlas y que cada palo aguante su vela. Que luego no nos vendan lo que no creen.
La Memoria Histórica no ha sido sólo una ley descafeinada, sino que además, se pone palos en su rueda para que no avance y se intenta que la borremos de nuestro recuerdo. Inútil propósito, porque somos muchos, más de los que ellos piensan, los que no queremos olvidar y tenemos la firma voluntad de mantener viva la llama de la memoria.
El pasado jueves se celebró en Rivas un acto que ya anuncié. La inauguración de una exposición titulada: Mujeres Republicanas. Eran catorce retratos de mujeres republicanas que sufrieron el franquismo. Javier Larrauri, el pintor, presentó su obra que junto con cada retrato exponía la biografía de la mujer. En el acto se presentaron siete de las mujeres retratadas que viven (dos han fallecido la última semana), y pueden imaginarse la emoción. Mujeres de alrededor de noventa años, que asistieron, algunas en silla de ruedas, con andadores; como pudieron, pero allí estaban.
Después de la emotiva presentación se pasó a ver un vídeo (hoy todavía no está colgado en la red, si lo cuelgan lo comunicaré), obra también de Javi Larrauri, en el que cada una de ellas explicaba sus peripecias, sus tratos vejatorios, sus torturas y sus estancias en prisión. En un ejemplo de la insensatez y de la desvergüenza de aquella desgraciada época, una de estas mujeres republicanas contaba como en la cárcel no les dejaban pintarse ni los labios ni las uñas de rojo.
Las cosas no han cambiado tanto cuando a muchos de ellos al oír llamar La Roja a la selección de fútbol, estos descerebrados, piensan que se está ensalzando a La Pasionaria: están enfermos.
Salud y República
P.D. En las fotos, de arriba a abajo:
- Un retrato de una de las mujeres republicanas: Piedad Arriba.
- Un grupito de mujeres en el acto, de pies, escuchando el himno de Riego
- Carmen Arrojo, una de las mujeres, junto a mí.
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