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domingo, 17 de abril de 2011

Las asociaciones piden un mayor apoyo para encontrar a los mil fusilados

AÚN DESAPARECIDOS

La Vuelta del Castillo, escenario público de los crueles fusilamientos, restituyó la memoria de las víctimas

RUBÉN ACOSTA - Domingo, 17 de Abril de 2011
Momento de la ofrenda foral, en la que participó Tomás Dorronsoro (2º por la derecha).
Momento de la ofrenda foral, en la que participó Tomás Dorronsoro (2º por la derecha). (UNAI BEROIZ)
PAMPLONA. La Vuelta del Castillo de Pamplona acogió ayer, un año más, el homenaje a los 3.451 asesinados en Navarra durante la Guerra Civil y la época franquista, 302 de los cuales fueron fusilados en Pamplona. Hasta el momento, en torno a 2.500 cadáveres han sido exhumados, pero 75 años después aún quedan 1.000 por encontrar, según mencionó José Ramón Martínez, alcalde de Sartaguda. En torno a un millar de personas acudieron al acto organizado por la Asociación de Fusilados de Navarra y por la Asociación Pueblo de Viudas, en el que participó entre otros, Enrique Villarreal, El Drogas. Koldo Plá, de la asociación Txinparta, fue el encargado de presentar un homenaje plagado de emotividad, insignias republicanas y la esperanza de encontrar los cuerpos de las víctimas todavía desaparecidas.
El primero en subir al estrado fue el alcalde de Sartaguda, José Ramón Martínez, que recordó a "quienes comenzaron a sacar a sus familiares de las fosas en 1978", labor que hoy continúan "sus hijos y nietos. Martínez se mostró orgulloso ya que, según señaló, "poco a poco les vamos haciendo justicia, clamando su inocencia y ganado la guerra con lo más difícil, la palabra". Además, el alcalde se refirió al Parque de la Memoria de su localidad que el próximo 14 de mayo cumple tres años desde su inauguración, del que dijo que "podemos presumir de tener en Navarra el mayor monumento a las víctimas del fascismo del sur de Europa".
Sobre las personas que fueron fusiladas hace ya 75 años, apuntó que "fueron arrancados de sus casas por el simple hecho de ser diferentes, querían dejar de ser vasallos y buscaban la igualdad entre la gente sin rangos de nobleza, pero todo se vino abajo por la sinrazón de unos fascistas que impusieron las armas, los tiros, la muerte, la humillación y el miedo".
EL DROGAS Y LAS MUJERES La nota musical la pusieron ex aequo Enrique Villarreal, El Drogas, cantante del grupo chantreano Barricada, y Pablo Jiménez, miembro del Cuarteto Minore, banda que fue multada por el Consistorio pamplonés por tocar en la calle. El grupo Barricada, comandado por El Drogas, publicó en su último trabajo una canción titulada Infierno de piedra que se refería al Fuerte de San Cristóbal, el cual sirvió de cárcel para muchos republicanos durante la Guerra Civil. El cantante, que comenzó a interesarse por la memoria histórica después de leer La voz dormida, de Dulce Chacón, interpretó dos canciones con las que homenajeó a "una parte de la sociedad que perdió mucho en la guerra, pero que también vencieron porque consiguieron sacar adelante una generación entera: las mujeres", afirmó El DrogasEl primer tema, Matilde Landa, trata sobre la vida de una republicana que mientras estaba en la cárcel, la sección femenina de la Falange trató de bautizarla y ella, fiel a sus principios, se subió a lo alto de la cárcel y se lanzó al vacío. La segunda, Pétalos, habla sobre todas las mujeres que fueron conducidas al fusilamiento en aquella época. Ambas fueron muy aclamadas por los asistentes.
OFRENDA FLORAL Por su parte, Pablo Jiménez interpretó con su violonchelo El canto de los pájaros de Pau Casals, para acompañar la ofrenda floral a esos 3.451 asesinados en Navarra, 302 de los cuáles en Pamplona. Dos centros florales, en los que predominaban las rosas rojas, fueron depositados junto al escenario por cuatro familiares de aquellas víctimas del franquismo, entre los que se hallaba Tomás Dorronsoro. En la Vuelta del Castillo, lugar elegido para el acto, "los fusilamientos se convirtieron en un espectáculo público, como metáfora de la crueldad de las guerras", apuntaron los organizadores.
Miguel Munárriz subió al escenario para leer la carta que Antonio, un leonés que fue fusilado en Pamplona, escribió a sus familiares poco antes de ser asesinado. Munárriz, cuyas palabras estuvieron acompañadas por un violinista, acabó emocionado su intervención en el que fue el momento más emotivo.
La presidenta de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra, Olga Alcega envió un mensaje de esperanza a todos aquellos familiares de víctimas del franquismo que todavía no han recuperado el cuerpo de sus allegados. Alcega pudo al fin despedir dignamente a su abuelo, después de que fuese encontrado entre los 81 cadáveres de una fosa en Magallón (Zaragoza). "El pasado sábado sentí que podía haber justicia y reparación cuando conocí la existencia de los restos de mi abuelo, Antonio Alcega Lázaro", dijo. "Por fin pude darle dos besos, uno por mi y otro por mi padre que no pudo despedirse de él, y darle un entierro digno", señaló Alcega. En referencia al deseo de todos los familiares de fusilados, que buscan alcanzar la justicia y la verdad sobre aquellos hechos, comentó que "la estamos esperando, pero no sabemos cuando llegará". El baile de un aurresku puso el punto y final al homenaje en torno a las 13.30 horas, aunque no a la lucha del millar de asistentes porque se haga justicia con todos los fallecidos hace ya 75 años

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