Villalba de Duero / Memoria histórica
El dueño de la finca La Ventosilla autorizó que se recuperasen los cuerpos enterrados allí • Las pautas de inhumación son parejas
I.M.L. / VILLALBA DE DUERO
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), en colaboración con la Sociedad de Ciencias Aranzadi, exhumó dos fosas este fin de semana en el término municipal de Villalba de Duero y en la finca La Ventosilla. En total, se han recuperado los restos de ocho personas y, pese a la lluvia, los trabajos fueron relativamente sencillos al tratarse de fosas de escasa profundidad y en tierra blanda.
El equipo dirigido por el forense Francisco Etxeberría comenzó su labor el sábado en La Ventosilla, sacando a la luz los restos de los cuatro cuerpos. Aún resta el trabajo de laboratorio para intentar identificar a quién corresponden las osamentas, pero se sospecha que uno de los sepultados allí fue el maestro de San Martín de Rubiales, que escapó de un ajusticiamiento, fue localizado cuando pedía ayuda para curar sus heridas en La Horra y llevado de nuevo al lugar de la fosa para rematarlo.
Etxeberría mostró su satisfacción porque las reticencias de la gente para autorizar la exhumación de una fosa de la Guerra Civil localizada en sus propiedades van desapareciendo. «Nosotros no queremos forzar ninguna situación, si no se comprende en un instante y hay que esperar unos meses a que alguien que hoy no comprende dentro de un tiempo se dé cuenta de que esto se está haciendo en un proceso de normalidad», afirmó el médico forense.
En la segunda jornada de trabajo, el equipo de arqueólogos se desplazó hasta Villalba de Duero, en el camino de Aviación, para extraer de la tierra los restos de otros cuatro cuerpos que estaban enterrados en una fosa a escasos metros de la que se exhumó el pasado verano y que contenía restos de siete personas. Según las investigaciones de la ARMH en la comarca, de la localidad de Sotillo de la Ribera habría once asesinados a principios del mes de agosto de 1936, por lo que las cifras coinciden con los restos hallados en este paraje.
Identificación
La fosa recuperada a lo largo del domingo sigue la pauta de la mayoría de las localizadas en la comarca, una de las que más concentración de este tipo de enterramientos en España. «Vemos personas con tiros de pistola en la cabeza, un brazo o los dos estirados, eso significa que han arrastrado el cuerpo desde donde les hayan matado hasta echarlos casi de cualquier manera en la fosa y siempre se trata de población civil que nunca estuvo en la guerra», comentó Etxeberría.
Ahora queda comprobar si las sospechas en torno a ese grupo de sotillanos se corroboran, constatando la distribución de las edades y, si es así, esta hipótesis se confirmaría y «casi podríamos empezar a pensar en ellos con nombre y dos apellidos», apuntó el responsable del equipo de arqueólogos.
El equipo dirigido por el forense Francisco Etxeberría comenzó su labor el sábado en La Ventosilla, sacando a la luz los restos de los cuatro cuerpos. Aún resta el trabajo de laboratorio para intentar identificar a quién corresponden las osamentas, pero se sospecha que uno de los sepultados allí fue el maestro de San Martín de Rubiales, que escapó de un ajusticiamiento, fue localizado cuando pedía ayuda para curar sus heridas en La Horra y llevado de nuevo al lugar de la fosa para rematarlo.
Etxeberría mostró su satisfacción porque las reticencias de la gente para autorizar la exhumación de una fosa de la Guerra Civil localizada en sus propiedades van desapareciendo. «Nosotros no queremos forzar ninguna situación, si no se comprende en un instante y hay que esperar unos meses a que alguien que hoy no comprende dentro de un tiempo se dé cuenta de que esto se está haciendo en un proceso de normalidad», afirmó el médico forense.
En la segunda jornada de trabajo, el equipo de arqueólogos se desplazó hasta Villalba de Duero, en el camino de Aviación, para extraer de la tierra los restos de otros cuatro cuerpos que estaban enterrados en una fosa a escasos metros de la que se exhumó el pasado verano y que contenía restos de siete personas. Según las investigaciones de la ARMH en la comarca, de la localidad de Sotillo de la Ribera habría once asesinados a principios del mes de agosto de 1936, por lo que las cifras coinciden con los restos hallados en este paraje.
Identificación
La fosa recuperada a lo largo del domingo sigue la pauta de la mayoría de las localizadas en la comarca, una de las que más concentración de este tipo de enterramientos en España. «Vemos personas con tiros de pistola en la cabeza, un brazo o los dos estirados, eso significa que han arrastrado el cuerpo desde donde les hayan matado hasta echarlos casi de cualquier manera en la fosa y siempre se trata de población civil que nunca estuvo en la guerra», comentó Etxeberría.
Ahora queda comprobar si las sospechas en torno a ese grupo de sotillanos se corroboran, constatando la distribución de las edades y, si es así, esta hipótesis se confirmaría y «casi podríamos empezar a pensar en ellos con nombre y dos apellidos», apuntó el responsable del equipo de arqueólogos.
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