La última oportunidad

Noticias de Navarra.com

Martes, 30 de Marzo de 2010
Si la izquierda abertzale ilegalizada no corresponde con una clara interpelación a ETA para que proclame un alto el fuego constatable, no podrá seguir contando con la mediación internacional

No puede negarse, a estas alturas, que la izquierda abertzale ilegalizada esté poniendo un empeño máximo en conseguir que ETA le acompañe en su estrategia de abrir un proceso político en total ausencia de violencia. Ha logrado, para ello, el apoyo mayoritario de sus bases, el soporte de EA y el compromiso de la mediación internacional que ayer se hizo explícita en el Parlamento Europeo. De la declaración hecha pública ayer por Brian Currin destaca la exigencia a ETA de una declaración de alto el fuego verificable internacionalmente, exigencia que conllevaría un riesgo excesivo si previamente no se hubieran explorado sus posibilidades razonables de éxito. No se trata de un llamamiento compartido, a ETA y al Gobierno, sino sólo a ETA. Al Gobierno sólo se le propone que responda positivamente a ese alto el fuego con dos compromisos: la legalización de Batasuna y el fin de la dispersión de los presos vascos. Cuestiones ambas relacionadas con los derechos humanos, no con las concesiones políticas. Ni siquiera se pide el inicio de conversaciones que, evidentemente, el Gobierno español no está en disposición de entablar. El documento de los mediadores internacionales es un claro apoyo a los pasos que la izquierda abertzale ilegalizada está dando y la calidad de los firmantes hace suponer que existe alguna garantía de que su llamamiento va a ser escuchado. Cuatro Nobel de la Paz, la Fundación Nelson Mandela, ex primeros ministros de Irlanda y otros ilustres nombres de alto prestigio internacional no van a poner en juego su reputación para exponerse a no ser escuchados por ETA o por la izquierda abertzale a quien corresponde ahora plantar cara a ETA si comete un atentado, así como interpelarle urgentemente para que atienda a esta exigencia de alto el fuego. Los mediadores internacionales están transmitiendo a Batasuna que ésta es su última oportunidad para seguir contando con ellos. Si esa interpelación a ETA se produce, estaríamos en la repetición del modelo irlandés en el que el Sinn Fein dejó claro al IRA que el liderazgo político estaba en sus manos para impulsar un proceso de paz. Si la izquierda abertzale ilegalizada no aprovecha esta ocasión con coraje y claridad, quizá haya sido la última oportunidad perdida.