Estocada a la unidad de España

El Plural / El Rincón del Neocon


BORJA MARÍA ZALLANA DE LOS ACEBOS
07/03/2010

Bajo la absurda excusa de una pretendida defensa de los animales, Cataluña está a punto de dar un nuevo paso en el que parece ya un inexorable camino hacia la independencia. Una vez finiquitado casi por completo el uso de nuestro idioma común (y basta un simple paseo por las calles de Barcelona para darse cuenta de ello), los nacionalistas catalanes (no confundir con los nacionalistas buenos, nosotros) están dispuestos a acabar con la fiesta de los toros, signo de identidad cultural español.

Sé que muchos de ustedes pensarán que no es para tanto, que se trata de una simple tradición, pero permitan que les corrija el error desde la autoridad que me confiere el haberme empapado de cultura con la lectura completa de la obra de César Vidal. El día que los romanos abandonaron su afición por las luchas de gladiadores y por ofrecer cristianos como comida a los leones, fue el inicio de su fin. Todo empezó, como está ocurriendo ahora, con algunas voces de los progres de la época, que hablaban sobre los derechos de los esclavos a una muerte menos dolorosa e, incluso, de los mismos leones a elegir una dieta menos rica en monoteísmo. Y ya saben como acabó la cosa, con los bárbaros, que no se entretenían en ñoñas disquisiciones, invadiendo el Imperio.

Sin necesidad de irse tan lejos en la noche de los tiempos, no hace todavía un siglo en Afganistán eran muy seguidos los partidos de polo en los que se utilizaban como pelotas las cabezas de los prisioneros de las tribus enemigas. La costumbre acabó por ser abolida, por estúpidos escrúpulos semejantes a los que ahora aluden en el parlamento catalán, y miren como está el país, en una guerra constante, sin nada que consiga aglomerar a un pueblo que ha perdido su referente cultural.

No sé yo si bastará el valiente paso que han dado Esperanza y Camps, y que a buen seguro seguirán otros dirigentes de nuestro partido, en defensa de nuestra más ancestral costumbre, pero les honra haberlo intentado. Ya no se trata sólo de la unidad de España, sino de salvaguardar la imagen que nuestro país tiene en el exterior. ¿Qué van a pensar de nosotros el resto de los países europeos, si ven que dejamos que se pierda la noble tradición de que uno de nosotros mate un animal con una espada, mientras el resto le damos ánimo tras una barrera?
 
Nota de Benny: También Navarra, igual que en el 36, acude en santa cruzada a salvar la unidad de España y su destino en lo universal.