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viernes, 2 de octubre de 2009

ANSOAIN: REPUBLICANOS BAJO LA CRUZ


Han pasado ya 34 años desde la desaparición del dictador, pero hay quien se empeña en recordarnos escenarios de aquella época.
La República trajo por primera vez a este país una situación de autonomía personal frente a la intromisión de la Iglesia en las vidas y conciencias de la gente. Siempre supo hacerse imprescindible en las grandes decisiones de la vida y la muerte con ritos y símbolos que firmaban los momentos claves de la familia: nacimiento, mayoría de edad, relación de pareja, o fallecimiento.
También en los asuntos comunitarios, en la relación social, en las distintas celebraciones festivas, esa
 intromisión había supuesto la creación de una dependencia total de las gentes de bien hacia la Iglesia.
Fue este atrevimiento de ruptura que hizo la República, uno de los motivos que empujo a parte del clero a tomar posiciones belicistas en la gestación del golpe del 18 de Julio y durante la guerra y a ser cómplices en primera línea de la represión de la dictadura , mientras cobijaba bajo palio al asesino y sus cómplices. Y es en ese contexto en el que muchos curas participaron en las Juntas de Guerra y señalaron los nombres de quienes debían ser detenidos, paseados, eliminados para limpiar la mala hierba. Los testimonios de muchos de los familiares de estos represaliados son evidentes: "Fue el cura el que hizo la lista con los que no iban a misa, ese fue su delito".
Ese fue, efectivamente, el delito de muchísimos de los presos que pasaron por San Cristóbal. También de los asesinados y enterrados en Ansoáin, quizás una docena junto a la iglesia y al menos otros 17 en el viejo cementerio, hasta hace unas semanas en desuso y en ruinas.

A nuestra iniciativa se planteó y aprobó su recuperación por dos motivos: algunas familias aún tenían sus lápidas en el mismo y habían mostrado su interés por conservarlas y, por otro lado, la investigación sobre la represión en San Cristóbal ya nos hablaba de un número importante de asesinados enterrados allí.
 La colocación de una placa subvencionada por el Ministerio de la Presidencia exigía también esa actuación.
Hasta aquí todo dentro de la normalidad de los procesos municipales; pero la Comisión de Gobierno, sin contar para nada con los proponentes ni pasar el tema por ninguna comisión de participación, decide por su cuenta levantar en el centro del cementerio una pirámide de piedra que sobrepasa con creces la altura del mismo, en una de cuyas caras se colocaría una placa que unificaría las lápidas anteriores de las familias de Ansoáin.
 Pero no queda aquí su iniciativa, sino que deciden, en el mejor estilo del nacionalcatolicismo utilizado para sembrarnos los montes de viacruces y sagradoscorazones, culminar su obra con una cruz de hierro sobre la pirámide que domine todo el recinto de este cementerio civil, desafectado hace muchos años y situado en un comunal del municipio.
Y otra vez más, tras la iniciativa, el nombre propio del concejal del PSN, Jesús M ª Esteban, principal promotor de la idea, el prietas las filas y todos a una del alcalde, Antonio Gila y la complicidad del Sr. Benítez, de IU, que a pesar de la burrada y de su desacuerdo ante la decisión, una vez más traga y calla, que para eso recibe cachito de poder.
Así las cosas, puesto que habían afirmado que era más propio poner la placa de San Cristóbal dentro del recinto que fuera del mismo, nos preguntamos: ¿El PSN pretende imponer a las víctimas un símbolo por cuyo rechazo fueron encarcelados y asesinados? ¿Con qué derecho nos imponen a toda la ciudadanía de Ansoáin sus propias convicciones y creencias religiosas? ¿O nos plantearán ahora que, después de toda esta obra, las víctimas de San Cristóbal quedarán al margen de la misma? La vejación en este caso ya sería total.

Nos han impuesto los actos religiosos en el programa de fiestas; nos han impuesto en el programa cultural -responsabilidad de IU- una romería y una misa; nos han impuesto sin paso por ninguna comisión un trato de favor a la iglesia para mantenimientos de jardinería ... ¿No es evidente que se atenta contra la separación de iglesia y poder político? ¿No es evidente que se atenta contra la igualdad de trato ante la ley a la que toda la ciudadanía tiene derecho? Nuestro más absoluto respeto a las creencias de cada cual y a la manifestación de las mismas, pero en su terreno, en sus nombres, en su placa, no imponiéndolas al resto como si estuvieran obligados salvarnos contra nuestra propia voluntad .
Y, sobre todo, señores y señoras socialistas, un respeto por las víctimas, el mismo que piden en otros contextos y en otros foros.

Koldo Pla, concejal de Nafarroa Bai en Ansoáin

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