La Diputación homenajea a las víctimas del franquismo. El Gobierno foral reúne a familiares de afectados por el régimen de Franco desde la Guerra Civil a la Transición
15.12.11 - 02:13 -
«Verdad, justicia y reparación». Estas tres palabras
fueron de las más escuchadas en el homenaje que rindió ayer la
Diputación que preside Martin Garitano (Bildu) a las víctimas del
franquismo, bajo el lema 'Malko haiei esker orain itsasoa gara (Gracias a
aquellas lágrimas ahora somos mar)'. El Salón del Trono del Palacio
foral acogió a unas doscientas personas, entre ellas alrededor de 70
daminificados. Estaban Jon Etxabe (juzgado en el Proceso de Burgos);
Arantxa Bereziartua, pareja de Joxe Mari Quesada (muerto en 1968 por
torturas); Casimiro Pérez y Jorge Pérez Jauregi, padre y hermano de
Roberto Pérez Jauregi, quien murió tiroteado por la Policía en 1970;
Ildefonso 'Pontxo' Iriarte (torturado varias veces en los 60); Marcelo
Usabiaga (luchó en el maquis y pasó 21 años en la cárcel); Antonia Manot
y Kepa y Mikel Paredes, madre y hermanos de Jon Paredes Manot (fusilado
en 1975); Mercedes Otaegi, tía de Angel Otaegi (fusilado en 1975),
Arantxa Saseta, hija y sobrina de gudaris; Ainara Ugalde, hija de Martin
Ugalde, y Rosa Larrañaga, hija del dirigente del PCE fusilado en 1942
Jesús Larrañaga y 'niña de la guerra'.
Muchos de ellos rememoraron recuerdos dolorosos cuando se
proyectaron imágenes de esos años. También se pudo ver en un vídeo un
aurresku a cargo del dantzari Jon Maia y el vocalista de Ken Zazpi,
Eñaut Elorrieta, interpretó dos canciones.
«Nunca hay que olvidar»
«Estáis en vuestra casa, y es un honor recibiros». Así,
abrió el acto Marina Bidasoro, directora de Derechos Humanos y Memoria
Histórica de la Diputación. Recalcó que «nunca hay que olvidar que sois
víctimas de un oscuro pasado que solo trajo sufrimiento», y llamó a
luchar «a favor de la recuperación de la memoria y de la justicia». La
diputada foral de Cultura y Deportes, Ikerne Badiola, resaltó que
«muchos nombres no están escritos en las lápidas, pero sí en vuestros
corazones». Denunció que «la Transición dejó sin castigo la vulneración
de derechos».
A continuación tomó la palabra el presidente de Aranzadi,
el forense Paco Etxeberria, quien incidió en que «los que se oponen a
la memoria histórica temen lo que se descubra al recuperar el olvido.
Ante los que señalan que «ya está todo escrito», reivindicó la
importancia de las personas «que no son héroes de nada y no aparecen en
los libros». Hizo hincapié en que con la exhumación de fosas -sobre la
que es uno de los mayores especialistas del país- se «recuperan
dignidades» porque no son únicamente huesos, sino «víctimas de carne y
hueso». Abogó por la «verdad, justicia y reparación», al tiempo que
resaltó que estos «tres pilares» de derechos deben ser desarrollados
mediante «la oficialización de la verdad, judicialización de algunos
casos y la distinción del reconocimiento institucional del social».
El historiador Josu Chueca, por su parte, denunció la
conculcación de derechos y puso como ejemplos que «cada día había un
fusilamiento entre 1939 y 1943, la prohibición de los partidos y
sindicatos y la gran cárcel en que se convirtió España».
Cerró el acto el diputado general, quien apostó por
«mantener viva la llama de la memoria, sin ánimo de revancha, sin
tentación de venganza, pero sin olvidar un sólo ápice de una historia de
sufrimiento, castigo y persecución que a todos nos han marcado a
fuego». Agregó que han querido «secuestrar la memoria para robarnos el
futuro, pero nuestro pueblo sabe bien lo que sufrió, lo que aún sufre,
sabemos lo que nos hicieron y quiénes lo hicieron». Tras citar a los
familiares de Jesús Larrañaga, Candido Saseta y 'Txiki' y Otaegi, dijo
que «tengo la convicción de que aquel viento de libertad nos ha traído
hasta donde hoy estamos».
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