El cementerio ourensano de San Francisco, donde se realiza un homenaje a las víctimas de la represión franquista, amaneció el 14 de abril con pintadas contra el monumento a los republicanos asesinados. FOTO: X.L.C.
Pretendían, como cada año, rendir un emotivo homenaje a las
víctimas de la represión franquista, pero el escenario del acto amaneció
pintarrajeado. La placa con los nombres propios de los asesinados
apareció teñida de rosa. El morado de la bandera republicana se había
convertido en rojo, como si de una rojigualda se tratase. Y, en un muro
del cementerio de San Francisco, un lema: "Viva España".
"Se confundieron, pues deberían haber escrito Arriba España", explica Marga Martín, la concejala socialista del Concello de Ourense encargada de los cementerios, quien ha considerado la agresión al monumento a los republicanos "un hecho totalmente reprobable". El acto del 14 de abril, que conmemora la proclamación de la Segunda República en 1931, se llevó a cabo sin incidentes, más allá de la mácula nocturna y alevosa.
"Se ha violentado un bien público de interés cultural y, sobre todo, se ha intentado boicotear un acto muy sencillo, pero a la vez muy emotivo, que pretende homenajear a unas personas que murieron por luchar por la libertad de todos", afirma la edil del PSdeG, que lo interpreta como "un reflejo de la intolerancia de unos pocos". El ayuntamiento ourensano dio parte en su día a la Policía Local, donde presentó una denuncia.
Era la primera vez que el monumento a las víctimas en el camposanto ourensano sufría un ataque de este tipo desde que la asociación Amigos da República comenzó a homenajear a las víctimas hace una década. Luego levantaron el monumento gracias a una cuestación pública, recuerda Xosé Lois Carrión, fundador de la entidad, que emitió un comunicado de condena firmado por una veintena de asociaciones, gremios, sindicatos, fundaciones, facultades y partidos políticos, a excepción del Partido Popular.
"Los Amigos da República se quedaron tan estupefactos como yo", lamenta Martín. "Lo peor es que los familiares de esas personas asesinadas han tenido que sufrir de nuevo por unas muertes que tanto dolor le han provocado". Son, según consta en la placa, casi 180 fallecidos, aunque Carrión deja claro que el lugar honra a todas las víctimas de la represión franquista.
Así, en el comunicado de repulsa por el que consideran un "atentado", los firmantes consideran que la profanación supone "un ultraje inaceptable a las personas muertas por defender sus ideales". Las decenas de nombres que figuran en la placa pasaron por la "fosa común" del cementerio de San Francisco antes de recibir sepultura años después en los panteones de sus familias, subraya Carrión.
Son los caídos en los "fusilamientos legales", matiza el fundador de Amigos da República, que desde hace una década también dedica la ofrenda a los "inocentes asesinados desde el alzamiento". Y, aquí, la enumeración se dilata: desde los republicanos que dieron con sus huesos en las cunetas hasta los que lograron cruzar la frontera y fueron ajusticiados tras dar los últimos meses de sus vidas a la causa de la resistencia francesa.
"Se confundieron, pues deberían haber escrito Arriba España", explica Marga Martín, la concejala socialista del Concello de Ourense encargada de los cementerios, quien ha considerado la agresión al monumento a los republicanos "un hecho totalmente reprobable". El acto del 14 de abril, que conmemora la proclamación de la Segunda República en 1931, se llevó a cabo sin incidentes, más allá de la mácula nocturna y alevosa.
"Se ha violentado un bien público de interés cultural y, sobre todo, se ha intentado boicotear un acto muy sencillo, pero a la vez muy emotivo, que pretende homenajear a unas personas que murieron por luchar por la libertad de todos", afirma la edil del PSdeG, que lo interpreta como "un reflejo de la intolerancia de unos pocos". El ayuntamiento ourensano dio parte en su día a la Policía Local, donde presentó una denuncia.
Era la primera vez que el monumento a las víctimas en el camposanto ourensano sufría un ataque de este tipo desde que la asociación Amigos da República comenzó a homenajear a las víctimas hace una década. Luego levantaron el monumento gracias a una cuestación pública, recuerda Xosé Lois Carrión, fundador de la entidad, que emitió un comunicado de condena firmado por una veintena de asociaciones, gremios, sindicatos, fundaciones, facultades y partidos políticos, a excepción del Partido Popular.
"Los Amigos da República se quedaron tan estupefactos como yo", lamenta Martín. "Lo peor es que los familiares de esas personas asesinadas han tenido que sufrir de nuevo por unas muertes que tanto dolor le han provocado". Son, según consta en la placa, casi 180 fallecidos, aunque Carrión deja claro que el lugar honra a todas las víctimas de la represión franquista.
Así, en el comunicado de repulsa por el que consideran un "atentado", los firmantes consideran que la profanación supone "un ultraje inaceptable a las personas muertas por defender sus ideales". Las decenas de nombres que figuran en la placa pasaron por la "fosa común" del cementerio de San Francisco antes de recibir sepultura años después en los panteones de sus familias, subraya Carrión.
Son los caídos en los "fusilamientos legales", matiza el fundador de Amigos da República, que desde hace una década también dedica la ofrenda a los "inocentes asesinados desde el alzamiento". Y, aquí, la enumeración se dilata: desde los republicanos que dieron con sus huesos en las cunetas hasta los que lograron cruzar la frontera y fueron ajusticiados tras dar los últimos meses de sus vidas a la causa de la resistencia francesa.
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